¿Qué pasaría si el magnate Michael Bloomberg peleara las primarias demócratas para ser candidato a presidente de Estados Unidos en 2020 en lugar de invertir 80 millones de dólares en los suyos para ganar las legislativas de 2018 y alcanzar la mayoría de número en la Cámara de Representantes? Quizá una cosa tenga que ver con la otra. En la democracia, todo vale. O casi todo. La idea de ser candidato a presidente rondó en la cabeza de Bloomberg, exalcalde de Nueva York, en las elecciones de 2008 y de 2012. Creyó entonces que era inviable, sobre todo frente a la figura carismática y emergente de Barack Obama, elegido y reelegido en forma sucesiva.