Theresa May urdió en abril el adelanto electoral. Su mandato concluía en 2020, pero adujo que necesitaba más fuerza para negociar la salida del Reino Unido de la Unión Europea. No lo había prometido cuando sucedió al primer ministro David Cameron, conservador como ella Tampoco había apoyado la campaña por el Brexit. En ese momento, el resultado parecía soñado: le llevaba más de 20 puntos de ventaja al candidato laborista, Jeremy Corbyn. Un cascarrabias. El representante de la izquierda radical dentro una jaula de canarios. En eso se han convertido los partidos socialdemócratas occidentales. En jaulas de canarios.