En 2015, el Daesh o Estado Islámico (EI) difundió el video aterrador de un niño de 12 años de edad que ejecutaba a tiros a dos presuntos espías del servicio secreto ruso. En Kirkuk, Irak, un adolescente llevaba en agosto de este año un cinturón explosivo debajo de la camiseta número 10 del Barcelona, la de Messi. Lo detuvieron antes de que volara en mil pedazos y dejara un tendal de víctimas. Su hermano, también menor, se había inmolado un rato antes en una mezquita chiita. Lo hizo en nombre del Daesh, de raíz sunita. Otro niño cometió un atentado similar durante una boda en la ciudad turca de Gaziantep, cerca de la frontera con Siria. Mató a 52 personas. Más de la mitad eran niños.