De paso por España, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, celebró el rumbo económico de Jair Bolsonaro. Aún no se había realizado la segunda vuelta en Brasil. Piñera descontaba el desenlace “en un país que ha conocido todos los escándalos posibles de corrupción” en el cual “la gente votó [en la primera vuelta] más en contra de los políticos que a favor de Bolsonaro”. El elogio tuvo premio. Contra la tradición de los presidentes electos de Brasil, Bolsonaro no visitará en primer término a su principal socio del Mercosur, Argentina, sino a Chile. Y aprovechará la ocasión para avanzar en la unión del Atlántico con el Pacífico a través de un corredor bioceánico que excluirá a Bolivia.