Eva Duarte nació en Los Toldos, el 7 de mayo de 1919. Hija de Juan Duarte y Juana Ibarguren. Vivió en el campo hasta 1926, fecha en la que su padre falleció, quedando así la familia desprotegida y obligada a abandonar la estancia donde vivían.

Esta circunstancia de su niñez, la marcó profundamente. A los 15 años, llegó a Buenos Aires, y obtuvo su primer trabajo como actriz en un papel secundario en la compañía teatral de Eva Franco. Su debut fue el 28 de marzo de 1935, en la obra “La señora de los Pérez” en el Teatro Comedia.

Durante los años siguientes, Eva se alojó en pensiones baratas y actuó intermitentemente para las compañías de teatro. De a poco comenzó a lograr un cierto reconocimiento, participó en películas como actriz de segunda línea y en radioteatros.

El día 22 de enero de 1944, marcó un antes y después en su vida. Ese día Eva conoció a Juan Domingo Perón, en un acto realizado en el estadio Luna Park por la Secretaría de Trabajo y Previsión con el fin de condecorar a las actrices que más fondos habían recaudado en la colecta de solidaridad para las víctimas del terremoto que había asolado la provincia de San Juan.

En febrero de ese año, ya estaban viviendo juntos en el departamento de la calle Posadas. Evita continuó su carrera artística. Actuó en dos películas: “La cabalgata del circo”, con Hugo del Carril y Libertad Lamarque; y “La pródiga”, que no llegó a estrenarse en su época, dicen que por indicaciones del entonces coronel Perón que no estaba satisfecho con la película.

Evita, ya casada con Perón, participó activamente en la campaña electoral de su marido en 1946. Sin embargo, su presencia en el gobierno peronista estaba obstaculizada por el papel que hasta ese entonces cumplía la mujer en la sociedad, limitado a las tareas hogareñas como ama de casa, madre y esposa.

Cuando Perón asumió como presidente de la Nación, Eva se convirtió en la primera dama y fue una de las más fervientes defensoras del proyecto del Sufragio femenino, finalmente sancionado en 1947.

En el mes de junio de 1947, Evita emprendió una gira que la llevó por varios países de Europa y América. En España fue aclamada; la recibió el dictador Francisco Franco y le fue otorgada la más alta condecoración: la Gran Cruz de Isabel la Católica.

En las elecciones generales de 1951, la primera vez que las mujeres pudieron presentarse como candidatas, se impulsó desde el movimiento obrero la candidatura de Eva Perón a la Vicepresidencia de la Nación pero debió renunciar a ese ofrecimiento.

Los médicos ya le habían detectaron cáncer de cuello uterino, lo cual la volvía cada vez más débil y la obligaba a guardar reposo. Por eso, en las elecciones del 11 de noviembre de 1951, debió votar desde su cama en el hospital, ya que había sido operada 6 días antes.

Pese a su enfermedad, siguió participando en los actos públicos. El más importante fue el del 17 de octubre del ‘51. En ese discurso, considerado como su testamento político, mencionó 9 veces su propia muerte.

El 26 de julio de 1952 a las 20.25 y con sólo 33 años, Evita Duarte de Perón, dejó de existir. Dejando un legado político y emocional muy grande en el pueblo, en sus “descamisados” que, sin dudas, la considera uno de los íconos más importantes de la historia argentina.
Escuchamos el informe de “Magdalena Tempranísimo” sobre su vida.