El mundo del tenis extrañaba a uno de sus personajes más ilustres. El suizo Roger Federer volvió a jugar en el circuito luego de 405 días, el lapso más largo en el que estuvo afuera de las canchas desde que es profesional. Este miércoles regresó, tal como lo había anunciado, en el ATP de Doha y le ganó al número 28 del mundo. En tres sets derrotó por 7-6, 3-6 y 7-5 al británico Daniel Evans.

La rodilla derecha lo tuvo a maltraer por más de un año. Tuvo que pasar dos veces por el quirófano y aún así la recuperación demoró más de lo esperado. La última vez que había jugado fue en febrero de 2020, en una exhibición brindada en Ciudad del Cabo junto a Rafael Nadal. Pero una vez más, quien para muchos es el mejor jugador de todos los tiempos, resurgió.

A los 39 años, cualquier periodo fuera de actividad tiene una mayor repercusión. Sin embargo, el ya legendario tenista oriundo de Basilea salió a la cancha con la tranquilidad que lo caracteriza. Incluso, ante un rival para nada sencillo como Evans, que atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera.

Durante el primer set, explotó un recurso que no suele contemplarse como su principal fuerte: el saque. Con el primer servicio consiguió el 85% de los puntos y siete aces. A pesar de la paridad, en el tie break se impuso 10 a 8 y consiguió volcar el juego a su favor.

En el segundo parcial bajó un poco el nivel y cometió errores, lógicos de acuerdo a su inactividad, pero poco habituales a lo largo de su carrera. Evans consiguió el primer quiebre de un partido muy equilibrado y sostuvo la ventaja para igualar el partido.

Ya en el set definitivo, la dinámica de paridad se mantuvo. No se sacaron ventajas hasta los últimos games. El suizo tuvo match point 5-4 arriba con el saque del británico, pero no lo pudo aprovechar. Finalmente, con el partido 6-5 a su favor logró quebrarle por única vez el saque a Evans y se llevó el partido.

Siempre que ha tenido que afrontar algún momento complejo de su carrera, Federer supo reinventarse. A determinada edad optó por no mantener puntos muy extensos y arriesgar todo lo necesario para definir la cuestión. Con su precisión quirúrgica, esa decisión lo llevó a meterse otra vez en el más alto nivel. 

Algo de esa estrategia fue la que utilizó en este partido: “Me sentía cansado, estaba preocupado por eso y me llevó a ser más agresivo”. Además, se mostró contento por su regreso y esperanzado de cara a futuro. “Ganando o perdiendo, estar en la cancha era lo mejor. Pero habiendo triunfado, ahora todo se hace más divertido. Estoy increíblemente feliz”, afirmó tras el partido. El jueves, desde las 12, enfrentará al georgiano NikolozBasilashvili por los octavos de final del torneo catarí.