Era un vínculo amable, se estaba recuperando después de la quita de fondos de coparticipación por parte de Alberto Fernández a la Ciudad de Buenos Aires, para pagarle a la policía bonaerense. Así fue que el presidente y Horacio Rodríguez Larreta se reunieron, acordaron un toque de queda, pero recién a las 00 hs. y el presidente le ofreció que el PAMI colabore con la vacunación en la CABA, y Larreta aceptó de buen gran grado.

Después vino lo que todos conocemos: Fernández cerró las escuelas sin hablarlo con Larreta, Larreta las mantuvo abiertas y fue a la Corte y todo se volvió tenso. Y la ayuda del PAMI se trnasformó también, en denuncias cruzadas.

Es que, cuando la cosa se puso "espesa", la titular del PAMI, Luana Volnovich, hizo lo que mejor sabe: se puso el casco y se vistió se una de las militantes mas combativas de La Cámpora, y salió a denunciar al jefe de gobierno local.

En concreto denunció presuntas irregularidades en la asignación de turnos de vacunación por parte del Gobierno porteño, dijo haber descubierto que en los tres centros de la entidad, con capacidad para inocular a 1.200 adultos mayores, "no hay turnos asignados para mañana". Agregó también que a esos lugares solamente habían asistido el 30% de los inscriptos.

No conforme Luana siguió: "Para entender lo que pasaba nos pusimos a llamar a las personas que tenían turno asignado. ¿El resultado? No salgo de mi asombro: personas que nunca se habían inscripto, personas fallecidas, personas que no sabían que tenían turno asignado y personas ya vacunadas", detalló.

Por supuesto el larretismo salió a cruzarla, en la persona del jefe de gabinete de Larreta, Felipe Miguel, quien denunció que fue el PAMI el que les mando listas de personas para vacunar que estaban muertas. 

Ambos fueron a la Justicia, que otra vez en medio de la política, alguna vez, de acá a unos años, dirá quien tenía razón, y eso será cuando ya no importe.