*Por Horacio Minotti

Horacio Rodríguez Larreta se perfilaba como el candidato natural para suceder a Mauricio Macri en el liderazgo de Juntos por el Cambio y en la candidatura presidencial del espacio en 2023. Pero la pandemia metió la cola y el gobierno le quitó fondos imprescindibles.

El jefe de gobierno local, administra el distrito mas importante y con mas electores que cualquier gobernador de JxC, un distrito donde se produce y se recauda, lo que facilita una buena gestión. "Gobierna Disney" dicen algunos.

Pero apareció la pandemia y cada decisión tomada es objeto de escrutinio público, la imagen va y viene, como un banderín al viento, ante cada decisión. Que si enfrenta al gobierno, que si no lo hace, que cerrar una hora antes o una después, cualquier detalle mueve el ampérimetro para un lado u otro. Para peor, "Disney" se quedó con menos ingresos, el gobierno le quitó fondos de coparticipación, y Larreta debió inventar impuestos, subir otros, meter mucha multa, y aún así, no le alcanza el dinero.

En esa vorágine apareció Patricia Bullrich, sagaz, atrevida, sin responsabilidad de gestión, disputándole el "ala dura" de los electores de Juntos por el Cambio, y empezó a crecer, hasta ser lo que es hoy: una competidora en carrera.

Pero claro, para estar en carrera en 2023, hay que pasar las elecciones de medio término de 2021 y allí Larreta parece tener la única ventaja que le ofrece esta disputa: no tiene que exponer su figura en las elecciones, tiene dos años de mandato por delante. Es ese el único escenario donde Bullrich tiene que arriesgar: si no se candidatea pierde relevancia, llega a 2023 sin victorias que la antecedan, y si es candidata, es cabeza de lista, no puede aceptar, si tiene aspiraciones, ir segunda de nadie.

¿Cual es el juego de Larreta en ese, el único momento de la carrera presidencial donde tiene ventaja? Que vaya María Eugenia Vidal, que si hace falta le de la primaria a Bullrich, que Patricia le gane a otro "monstruo", si puede, antes de alzarse con el fácil triunfo en Capital.

¿Y Vidal que quiere? Bueno en principio se sabe lo que no quiere, volver a Provincia. La tienta competir por CABA, la pone a pensar en disputar la Jefatura de Gobierno en 2023 y ser la primera persona en gobernar la Provincia y la Ciudad. También la tienta y mucho, la presidencia, se basa en su buena imagen, pero viene de una derrota, y como Bullrich, debe ganar una elección antes de buscar el sillón de Rivadavia.

Si no quiere hacerlo en Provincia ¿donde sino en CABA donde fue ya vicejefa de Macri?. Larreta impulsa así el mujer contra mujer, pero más, pone en juego en la batalla electoral, la confrontación que ya es diaria, entre halcones (Bullrich) y palomas (VIdal), entre dialoguistas y rupturistas, y estudia el terreno, para saber con precisión que postura tomar los últimos dos años de gestión en Ciudad. La elección le serviría para saber con claridad, que quiere la gente, como lo quieren ver manejarse, confrontativo o dialoguista.

Vidal volvió para posicionarse políticamente. El libro, su presentación y el raid mediático que encaró, no tiene otro fin que recuperar el centro de la escena. Lo va logrando, y su ausencia de este año y medio, dejó un manto de olvido sobre su derrota en Provincia en 2019. La estrategia parece haber funcionado, y resposicionarse le resultó hasta aquí, relativamente fácil.

Si la batalla electoral interna se produce, Larreta corre un riesgo, incluso si gana su delfina: ¿quien evitaría que alzada en la victoria, Vidal vaya por la presidencia contra el propio jefe de gobierno?

Bueno, en el larretismo dicen, "cada cosa a su tiempo, primero el primer problema, después vemos si hay otro" y se entusiasman con la pelea que Vidal puede darle a Bullrich. Si efectivamente ocurre, habrá que alquilar balcones.