La hipocresía en política es casi el idioma cotidiano, nadie se asusta de eso, aunque cuando los que mas pontifican no se quieren someter a las leyes que ellos mismos impulsaron, la metodología es todavía más irritante.

Los intendentes Diego Valenzuela, Néstor Grindetti y Julio Garro, todos del Pro, y jefes comunales de Tres de Febrero, Lanús y La Plata respectivamente, estan obsesionados con conseguir la re-reelección en dichos distritos, pese a haber sido enfáticos en su apoyo a María Eugenia Vidal, cuando, siendo esta gobernadora, impulso el proyecto de ley que limita los períodos consecutivos de cada intendente a solamente dos.

Valenzuela (el cebrero), Grindetti y Garro, como les pasa a casi todos, quieren quedarse, no importa que diga la ley, y no importa que esa ley la hayan impulsado justamente ellos, y entonces elaboran estrategias para "esquivar" la norma. Los tres fueron electos en 2015 aprovechando la ola de Mauricio Macri presidente y Vidal gobernadora, y consiguieron (cortando clavos) la reelección en 2019. Deberían irse a su casa en 2023, si tan republicanos fuesen.

Pero parece que muchas ganas no tienen, ninguno de los tres integrantes del que llaman "Grupo Dorrego". El primer paso es confiar en el peronismo. Los tres creen que habrá intendentes peronistas que estén en su misma posición y planteen ante la Justicia que la ley no les es aplicable, porque la misma se sancionó luego de que fueran elegidos por primera vez, por lo que (quieren interpretar), su primer mandato no esta sujeto a la norma y el segundo sería el primero bajo la nueva ley.

Según fuentes a las que accedió Continentalweb, apuestan fuerte a "Juanchi" Zabaleta, intendente de Hurligham que está en su misma posición, fue electo en 2015, reelecto en 2019 y querría permanecer. Creen que si Zabaleta se presenta en la Justicia, esta podría darle la razón y se aprovecharían del fallo para volver a presentarse.

Lo que no están considerando es que esa estrategia ya fracasó. Carlos Menem hubiese intentado la re-re bajo los mismos argumentos en 1999 si la Corte Suprema no le hubiera dado aviso de que el argumento era inválido. Felipe Solá quiso un tercer mandato como gobernador de la Provincia de Buenos Aires, argumentando que en el primero, solamente completó el gobierno de Carlos Ruckauf que renunció para ser Canciller, y la Corte le negó ese derecho.

El problema de Valenzuela y sus acólitos es discursivo. Zabaleta en todo caso, seguiría la tradición de los intendentes peronistas que se quedan todo lo que pueden, pero los Pro del Grupo Dorrego, deberían explicar el triple mandato con su discurso republicano y eso sería menos sencillo.

De hecho, hoy ninguno de los tres se anima a asegurar ante un requisitoria periodística, que si la Justicia habilita la re-re, ellos de todos modos no se presentarán de tan republicanos que son. Porque sí, lo harán.

Si los peronistas no hacen la jugada esperada, alguno de ellos tres va a "sacrificarse", el que mejor imagen pública tenga en 2023, buscando que el daño que sufra en los medios no complique su tercer mandato.

Es el drama político que tienen los que resultan electos en base a unos proclamados principios que luego no están dispuestos a respetar.