Una nena de séptimo grado de un escuela primaria del Alto Valle, en Río Negro, le escribió una carta a la directora para denunciar que su mamá era víctima de violencia de género.

El hecho ocurrió después de una charla sobre educación sexual y, tras darse a conocer la situación, las autoridades del colegio pidieron la intervención de la comisaría de la Familia y el denunciado fue excluido del hogar. Además, la  Justicia dictó una prohibición de acercamiento contra el agresor y la víctima fue contenida.

El Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI) fue creado con el objetivo de generar las acciones necesarias para garantizar el derecho de los estudiantes a recibirla en todos los establecimientos educativos del país y, en ese marco, en las escuelas de la provincia se aborda la problemática de la violencia intrafamiliar y la violencia de género.

Eso, justamente, fue lo que ocurrió en la escuela del Alto Valle cuando una estudiante de doce años regresó a su casa y, sensibilizada por el contenido abordado, buscó el consentimiento de su mamá para denunciar.

La mujer accedió y, al día siguiente, a raíz de la carta escrita por su hija, se organizó un abordaje interinstitucional para proteger a las víctimas. En ese sentido, se ordenó la exlusión del hogar del violento. La medida se llevó a cabo durante el horario escolar, con el objetivo de dejar a resguardo a la menor.