No es un chiste, es un punto de inflexión. Las derrotas parlamentarias de los gobiernos peronistas, que suelen controlar ambas Cámaras del Congreso, establecen hitos, porque son inusuales, extraordinarias, ocurren de tanto en tanto. 

Si se analiza el gobierno de los Kirchner, desde Néstor hasta el final de Cristina, 12 años consecutivos, posiblemente se pueda anotar la derrota de la 125, que fue particular porque ganó en Diputados, empató en el Senado y su propio vicepresidente Julio Cobos le desempató en contra, y un par de derrotas mas que no están en la memoria de nadie, en el peor de los casos.

Por eso, el hecho de que ayer, el gobierno no haya podido sancionar la "Ley Pandemia" que tanto quería y necesitaba para darse aire político y evitar que Alberto Fernández siguiese gobernando por DNU, y además, dar a la Corte Suprema una señal de que tiene el Congreso a su favor; es una importante derrota, un hito.

No se notó es cierto. Entre los insultos a los brasileños, los agravios a los mexicanos, la falta de tacto diplomático con los peruanos, la pandemia, las restricciones, los cálculos sobre si este viernes nos van a encarrar más o nos van a liberar un poco, el tema pasó desapercibido.

Porque no salió la "Ley Pandemia" es un misterio. Hay un abanico de posibilidades. Recién ayer las comisiones sacaron dictámen y el Reglamento de la Cámara establece que debe haber 7 días entre ese despacho y el tratamiento en el recinto. Pero no alcanzan los dedos de las manos y los pies para contar las veces que a los distintos presidentes del cuerpo les importó absultamente nada el Reglamento y trataron y sancionaron, proyectos en idénticas condiciones.

Lo mas probable es que el oficialismo no tenía los votos. Si es así, tiene un problema. Si los gobernadores bajaron la orden a sus diputados de que no acompañen la ley, Fernández enfrenta un rebeldía nos solamente parlamentaria sino federativa, y cuenta con el Congreso, solamente a veces, aunque en apariencia tenga mayoría.

Otra posibilidad a considerar es que, ciertos referentes de la oposición, comentaban que Sergio Massa les había prometido que no iba a violar el Reglamento para sacar la "Ley Pandemia", y se sentían confiados en él. 

Y parece que hacían bien, Massa cumplió su palabra y consolidó su liderazgo como presidente de la Cámara, que es muy importante para poder conducirla, pero especialmente para su prestigio político, aunque haya quedado mellado el de Fernández, que pedía a gritos la ley.

En definitiva, el gobierno sufrió una derrota parlamentaria que tendrá consecuencias, porque no fue a manos de la oposición que no tendría con que propinársela, fue a manos de propios, sean unos u otros.