Hace un par de meses el "Chiqui" Tapia está en el ojo de la tormenta. No lo quieren al frente de la Asociación del Fútbol Argentino, ni los clubes grandes, ni el gobierno. De hecho, al mismo tiempo que empezaron a empujarlo hacia la puerta del edificio de la calle Viamonte, empezaron a surgir denuncias periodísticas, entre ellas la Jorge Lanata, quien los relacionó con contratos con empresas sospechosamente cercanas al propio Tapia y hasta viajes con modelos.

Hace un par de semanas el avance pareció aflojar. El propio Chiqui decidió refugiarse en el respaldo de los clubes mas chicos y los del interior, con los que mantiene un fluido vínculo, en base al reparto del dinero del fútbol, que stricto sensu, producen los grandes y se reparte entre todos, lo cual molesta mucho a los equipos que generan los dividendos.

Pero ahora se sumó la causa judicial y el allanamiento. El fiscal Eduardo Taiano, en una causa que esta radicada en el Juzgado de Jorge Casanello, allanó la propia AFA buscando documentación respecto a esos contraton que comprometerían a Tapia.

El Chiqui lo sabe, esta cercado, puede cruzar amablemente la puerta o ir pensando en el traje a rayas. Después vendra la otra pelea, la que va a producirse entre aquellos que hoy no quieren que esté Tapia, y que cuando no esté, van a querar estar cada uno de ellos.