Dicen que el Canciller Felipe Sola, está totalmente descontrolado de furia. Su despido telefónico, mientras viajó de urgencia a México a reemplazar al presidente Alberto Fernández, que no fue al país hermano pese a que iba a recibir la presidencia pro tempore de la CELAC, alteró el equilibrio político del hasta hace dos días titular de Relaciones Exteriores y Culto.