Dicen que el Canciller Felipe Sola, está totalmente descontrolado de furia. Su despido telefónico, mientras viajó de urgencia a México a reemplazar al presidente Alberto Fernández, que no fue al país hermano pese a que iba a recibir la presidencia pro tempore de la CELAC, alteró el equilibrio político del hasta hace dos días titular de Relaciones Exteriores y Culto. 

Parece que lo que mas indignó a Sola no fue despido propiamente dicho, ni tampoco que lo hayan mandado al exterior para echarlo telefónicamente, sino el poco tino de quien y como le comunicó su salida.

Quien lo llamó fue el saliente jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Felipe consultó entonces; "¿y sabés quien me reemplaza?", "yo", escuchó el otro lado de la línea. Dicen que la reacción de Sola le hizo pensar a Cafiero que al menos, en medio de tanto caos, tuvo suerte: los mil kilómetros de distancia entre uno y otro, evitaron un cataclismo.

Felipe entonces se encerró en el hotel y no fue a la reunión pactada, con lo que Argentina no tuvo representación ni tampoco presidencia pro tempore de nada. "No me sorprendería que el pasaje de vuelta se lo den en turista", dijo a Continental una fuente cerca al ex canciller.