El ministro del Interior, Florencio Randazzo, afirmó que "si los dirigentes sindicales son realmente representantes de los trabajadores, no hay ninguna posibilidad de divorcio" entre la CGT y el gobierno nacional.

El funcionario argumentó su definición al explicar que "este gobierno tomó al trabajador como eje central de sus políticas".

"No debería haber ningún inconveniente porque la Presidenta no es imparcial, juega siempre junto a los más débiles", añadió Randazzo, al ser consultado sobre cómo será la relación con la central obrera que conduce Hugo Moyano durante los próximos cuatro años de gestión.

En ese marco, insistió: "Confío en que no habrá inconvenientes si los representantes de los trabajadores cumplen su rol".