Tras la desventaja en la que jugó el Superclásico, River profundiza su crisis sanitaria. Cinco nuevos futbolistas dieron positivo de COVID-19 tras el partido y la situación es delicada.

Flabián Londoño, Lucas Beltrán, Leonardo Ponzio, Gonzalo Montiel y Alex Vigo son los futbolistas que se suman a la larga lista de afectados, que ya asciende a 20. El Millonario tiene solo 32 futbolistas inscriptos para la Copa Libertadores, y entre lesiones, aislados y contagiados no llega a juntar 11 para armar el equipo.

Son muchísimos los puntos a considerar en este tipo de casos. Lo absolutamente prioritario es la salud de los futbolistas y, a futuro, pensar en el modo de evitar este tipo de contagios masivos, si es que existe tal posibilidad. En el fútbol se observan ciertos descuidos, en algunos casos relajamiento, como en buena parte de la sociedad, y en otros incumplimiento absoluto de protocolos desde el día uno.

Frente a una situación sanitaria tan imprevisible inclusive para los especialistas, es casi imposible determinar el motivo de un contagio. Pero, de todos modos, la situación amerita una mayor rigurosidad en los cuidados: concentraciones, viajes, etc. Otra cuestión, de segundo rango, es que sucede con los partidos que River debe afrontar.

La lógica indica que no hay modo de jugar un encuentro en estas condiciones. Sin embargo, la dinámica de continuar a como de lugar ha afectado muchísimo a muchos clubes a nivel continental, como Athlético Parananense que enfrentó al equipo de Núñez con 15 contagios en la Libertadores pasada, o lo sucedido con Sarmiento, Independiente, Banfield, entre otros, a nivel local. A todos se los obligó a jugar con lo que había a disposición.

Que ahora deba aplicarse el mismo criterio para asegurar la igualdad, no quiere decir que el criterio haya sido racional en ningún momento. Sin embargo, hay algunas particularidades del caso puntual del equipo que dirige Marcelo Gallardo. River no tiene a disposición 11 jugadores para enfrentar a Independiente Santa Fe el miércoles en El Monumental.

Entre los contagios y la lesión en Enzo Pérez, que salió en el entretiempo del encuentro ante Boca, no llega a conformar un equipo para jugar. Eso, sin mencionar que tendría que poner a un jugador de campo como arquero. Existe una cuestión para nada menor a tener en cuenta también en relación a todo esto.

Como consecuencia de la pandemia, la CONMEBOL habilitó la inscripción de hasta 50 futbolistas para jugar los torneos internacionales y River solo anotó 32. Es decir que el Millonario tuvo la opción de inscribir a algún juvenil más y no atravesar por esta situación límite en este momento.

De todos modos el sistema es absolutamente debatible. ¿Todo vale para que se siga jugando? ¿Es lógico poner a un joven que no está preparado para jugar en Copa Libertadores, con las consecuencias que puede traer en su carrera, sólo para no frenar o postergar un duelo? Gallardo había sido claro cuando decidió que solo sean 32 los jugadores anotados. “Si hay un contagio de tantos futbolistas, la pandemia nos indicará que no podemos jugar”, afirmó.

Más allá de que cada uno decidirá si toma como sensatas o como imprudentes las declaraciones del entrenador, hay una postura que parece clara y abre una puerta. River analiza, como una posibilidad concreta no presentarse a jugar. Boca también deberá prestar especial atención a lo que sucede en el seno de su clásico rival.

Los futbolistas que dieron positivo, salvo Londoño, estuvieron en La Bombonera el domingo. Algunos jugaron y otros estuvieron solo en el banco, pero hubo contacto en la cancha y saludos afuera.

Más allá de la irresponsabilidad de haber expuesto a un equipo a jugar contra futbolistas que habían tenido contacto estrecho con contagiados y por ende tenían una alta chance de ser positivos a pesar de los test, de cara a lo que le viene, el Xeneize deber ser también muy cuidadoso.