Finalmente y luego de casi un día, el dirigente social Juan Grabois y un grupo de unos 100 militantes levantaron el acampe que llevaban a orillas del Lago Escondido junto a la mansión del empresario Joe Lewis.

Según dijeron fue por el frío y la falta de comida. Vale mencionar que por la madrugada de este miércoles hubo apenas entre 2 y 3 grados junto al lago y el frío se hizo sentir con fuerza.

Por otro lado, los militantes no tenían alimentos para llevar adelante un acampe prolongado ni ropa adecuada para las bajas temperaturas.

Al frente de un grupo de casi 100 personas, entre las que se encontraba el diputado nacional Federico Fagioli, Grabois irrumpió el martes por la mañana en la estancia. Invocó su derecho constitucional a acceder a la costa del lago, bajo la consigna “Las Malvinas son argentinas, Lago Escondido también”.

Bajo el título “Orgullosos de ser argentinos”, la empresa que opera en el lugar se había quejado horas antes por el acampe del dirigente social. “Hartazgo. De vivir laburando, con el corazón en la boca. De no poder vivir en paz”, comienza el comunicado del grupo Lago Escondido. “Hablemos del hartazgo de que pretendan una y otra vez marginarnos. Hablemos del hartazgo, de la discriminación de los que no trabajan a los que día a día perseguimos nuestros sueños dando lo mejor con honestidad y transparencia”, plantearon.

En tanto, desde el Frente Patria Grande -que todavía abreva en el Frente de Todos, pese a varios amagues de ruptura- aseveraron esta mañana que el último contacto que tuvieron con el grupo que está en Río Negro fue ayer a última hora. “La comunicación fue muy difícil durante todo el día porque, si bien al llegar al lugar la señal telefónica era muy buena, súbitamente se cortó. Suponemos que fue inhibida como forma de amedrentamiento y aislamiento comunicacional”, dijeron.

Asimismo, aclararon que los integrantes del acampe “estaban bien”, aunque cuestionaron las “hostilidades por parte de las patotas de Lewis” por las que habrían pasado, entre las que enumeraron: amenazas verbales de personas encapuchadas; movilización de “patoteros” a caballo y con perros, escoltados por la Policía de Río Negro; y cercamiento de terreno para impedir la salida de un grupo que debió abandonar el lugar por razones de fuerza mayor.