Micaela Noemí Colque, la mujer que encerró a su hija de dos años en una habitación durante al menos 48 horas y la dejó morir de hambre, fue condenada a prisión perpetua por los jueces Pablo Farah, María Gabriela González y Ángel Amadeo Longarte, integrantes de la Sala II del Tribunal de Juicio de la ciudad de Salta.

Además, la autopsia confirmó que la nena fue víctima de maltrato físico, por lo la madre fue declarada culpable por delito de homicidio agravado por el vínculo. El crimen se descubrió en la madrugada del 22 de junio del año pasado, cuando Colque se acercó hasta un hospital del barrio San Francisco Solano donde vivía, con la menor en sus brazos y en estado de inconsciencia.

Según el relato de la madre, su hija, identificada como Francesca, “se había ahogado con yogur y galletitas”. Sin embargo, los médicos no sólo confirmaron la muerte de la niña, sino que se percataron de que tenía hematomas, escoriaciones y un grave cuadro de deshidratación y desnutrición.

De inmediato, la madre fue detenida por la policía, acusada del delito de abandono de persona seguido de muerte agravado por el vínculo, en perjuicio de su propia hija. Más tarde, la Justicia le dictó la prisión preventiva hasta el juicio oral. Luego de tres meses, la fiscal Verónica Simesen de Bielke, con los resultados de la autopsia y los testimonios necesarios, pidió elevar la causa a juicio oral y agravar la imputación por la que fue juzgada, a lo que la jueza Edith Rodríguez accedió. 

Según fuentes judiciales, lo único que dijo Colque en el juicio oral es que “está arrepentida” de todo lo que hizo y por no haber cuidado a su hija y “pidió una nueva oportunidad”.