El pasado miércoles, un preso alojado en la cárcel de Coronda fue asesinado a cuchillazos  dentro de una de las celdas del pabellón Nº 7 de los Evangelistas. La víctima, de 21 años e identificado como Lucas Ezequiel Amarillo, cumplía una condena a 25 años de prisión por el delito de homicidio en ocasión de robo agravado.

Según la información oficial, Amarillo ingresó a las 11 de la noche en una celda que no era la suya, donde había una persona, y detrás suyo entraron otros tres internos. Lo que se presentaba como una reunión, duró apenas algunos segundos. 

Las cámaras de seguridad del pabellón permiten ver a Amarillo, de short y musculosa azul o celeste, retirarse de la celda ajena, caminar unos metros hacia el centro del patio y caer desvanecido en la puerta de otra celda. 

Ante la situación, otros internos empezaron a auxiliarlo y lo llevaron hasta una puerta jaula para que sea trasladado de urgencia a un centro de salud. Según informaron los médicos, la herida fue tan profunda que le perforó el corazón, por lo que no se pudo hacer nada para salvar su vida. 

En el caso interviene el equipo de peritos forenses de la Agencia de Investigación Criminal del departamento San Jerónimo y se informó de lo ocurrido al fiscal de Coronda, Marcelo Nessier, quien ordenó la realización de autopsia y el secuestro de las cámaras de seguridad, así como la realización de entrevistas al personal de guardia de la Unidad Penal Nº 1.

Se encontraba purgando una condena a 25 años de prisión por el delito de homicidio en ocasión de robo, agravado por la participación de menores de edad, ocurrido en la ciudad de Rafaela, a mediados de 2020.