El último fin de semana de junio comenzó la segunda temporada de la W Series, la gran carta de la FIA para tener una mujer pilotando en la F1 por primera vez en el siglo XXI. 

¿Y qué hay de las corredoras argentinas? Una de las experiencias más interesantes de los últimos años es la de Romina Re. Oriunda de Merlo y perteneciente a una familia del mundo de las carreras en nuestro país, comenzó a competir a los 18 años en categorías promocionales europeas hasta consolidarse como pilota de desarrollo de la fábrica francesa Beta Epsilon. Este vínculo la llevó a China para correr en la Fórmula Master Series de Asia y promover los productos de la firma gala. En Asia despuntó su talento para el marketing y desde entonces ha combinado sus tareas como corredora, modelo y empresaria. Fanática de Ayrton Senna, corrió en el Dakar 2016 como única representante argentina. Hoy sus días se reparten entre el deporte y atender su empresa dedicada a la consultoría, publicidad y eventos corporativos, en la que sigue vinculada a alguno de sus sponsors.

Romina Re: "Empecé a correr de grande por una limitación económica y por falta de permiso de mis papás. En mi familia el automovilismo siempre fue un sostén económico, no algo que pudiéramos usar de hobbie. Creo que mi papá también tenía miedo y prejuicios por ser yo mujer, también tenía miedo de que el ambiente me coma, porque lo conoce y no quería que yo pase por todo eso".

"Nunca pagué para correr, aunque en los primeros años apenas juntaba el presupuesto. Mi primer año en Europa fue quedarme con el equipo que me había adoptado, me quedé aprendiendo, viviendo en el taller donde estaba el equipo y aprendiendo todos los días, iba a las carreras, me dejaban subirme al auto cuando probaban sin poner plata. Fue un camino muy de hormiga hasta que me pude sentar en el auto", relató.

Sobre el costado comercial que deben manejar los jóvenes aspirantes a subir en la pirámide del automovilismo, comentó que "Nunca me quedé en que mi función fuera manejar y listo. Tengo una faceta comercial nata que me encanta desde que soy chica. Y siempre profundicé en mi relación con los sponsors en relación con lo que hacían. Tuve un sponsor muy importante que era una metalúrgica rusa, y conseguí clientes en China para mi sponsor. Desde entonces, a mi sponsor ya no sólo le servía mi imagen, sino que a la vez le generaba algo indispensable que iba más allá del deporte. De esa forma, yo me aseguraba un sponsoreo continuo, darle un plus que los otros deportistas no le daban. Trato de generar una sinergia entre mis distintos sponsors”, resumió.

Sobre la discriminación a las mujeres en el deporte motor, reconoció que sufrió “momentos, en algunos lugares más que otros. No me tiraban más el auto encima que a otros pilotos, pero sí noté mucha discriminación en el paddock, en no poder integrarme al grupo. Uno al final va rompiendo esas barreras, cuando ven plasmada en tu auto una primera marca mundial, la cantidad de prensa que tenés, que la gente te quiere, que les gusta tu personalidad, no solamente tus tiempos en el cronómetro, el respeto viene solo, por más machismo o indiferencia que haya. Pero es un trabajo de muchos años, que no es algo fácil y que psicológicamente tenés que estar preparado porque paralelamente al deporte tenés que progresar en todos los sentidos y estas cosas tienden a tirarte psicológicamente para abajo", explicó. 

Sobre el manejo de redes sociales, una herramienta en la que la W Series hizo punta y que este año están imitando otras categorías como la FIA F3 y la FRECA, recordó que "Cuando yo empecé no había muchas redes sociales, arrancaba Facebook pero tampoco es que lo manejaba mucho. Lo mismo que publicamos ahora en redes sociales, entonces era cómo captar la prensa. Antes de que me sponsoree Aerolíneas Argentinas siempre los nombraba y me fijaba en los destinos más importantes de ellos para tener prensa en esos lugares. Ellos siempre levantaban la info y yo tenía mucha prensa en Europa y aprovechaba a reforzar en esas ciudades en las que a Aerolíneas le venía bien, de una forma muy discreta, hasta que terminaron sponsoreándome", ejemplificó la corredora. 

"En su momento surgió la posibilidad de una publicidad con Fiat, pero salía mi casco y yo logré que saliera allí el logo de Aerolíneas junto al de Fiat. Siempre fue un don particular lograr esa retroalimentación entre marcas”, agregó. 

Asimismo, Romina desarrolló una veta profesional como pilota de desarrollos de Beta Epsilon, marca francesa que fabrica los autos de las 24 Horas de Le Mans. “Me contrataron para hacer desarrollos sobre sus autos de fórmula. Si bien no estás en competencia, pasás muchas horas arriba de un auto y ese auto va a depender de tus conocimientos y sensibilidad. Tuve que estudiar para poder trabajar con los ingenieros en cada componente y fue un aprendizaje terrible, porque es otro cuento saber de técnica del auto. Cuando corrés una carrera intentás ir rápido y nada más, pero no podés aportar tanto detalle como cuando conocés de técnica" subrayó.

Sobre la aparición de la W Series, se cuenta entre quienes nunca estuvieron “muy de acuerdo” con una categoría sólo para mujeres. "No me parece mal, me parece espectacular que tengan un campeonato y sean teloneras de la F1. Pero también tengo sentimientos encontrados: siento que muchas hicimos un trabajo enorme, siento que mis logros no fueron meramente personales, sino que les abrí la puerta a muchas mujeres que tienen mi mismo sueño. Y es como ceder el terreno ganado en todos estos años", acotó. 

Y subrayó: "Miro el caso de Susie Wolff, su esposo (Toto) es el Main de Mercedes, tienen acciones en Williams, ella llegó a ser téster de Williams, y con todos esos elementos económicos y de contactos más el talento espectacular que tiene no pudo llegar a correr en F1. Pero no pierdo la esperanza de que llegue una chica a la F1: por debajo hay un montón de mujeres talentosas que corren de igual a igual con los hombres".

Sobre su futuro en el deporte motor, reconoce que “nunca me voy a desvincular porque es la historia de mi familia. Mi papá murió en 2019 pero dejó una categoría que hoy tiene 40 autos, que es la Fórmula 3 Metropolitana, mi hermano tiene un equipo allí. Yo misma sigo haciendo cosas y tengo una consultora que fusiona marcas que están relacionadas con el automovilismo. Quizá en algún momento me gustaría tener mi propia escuela o abrir una escuela para mujeres".


Romina concluyó aclarando que "No se acabó el machismo en el automovilismo, sino que está de moda apoyar el feminismo, apoyar la inclusión. Con lo cual los hombres que no se comportan de esa forma se exponen. Al machismo lo veo más solapado, más disimulado. Y me parece que esta categoría de mujeres es como darles la razón a los hombres de que sólo podemos correr entre nosotras".