El peor error que River podía cometer antes de enfrentar este partido era enfocarse en lo que viene en vez de intentar recuperar su mejor versión. Lejos de nublarse por el Superclásico que se vendrá en octavos, aprovechó la ocasión para volver a demostrar su particular afección a los choques mano a mano.

Derrotó a un rival que suele traerle problemas como Atlético Tucumán por 2 a 1 y se metió en la próxima fase. Federico Girotti convirtió los dos tantos del Millonario y Leonardo Heredia descontó para el Decano. Las dimensiones amplias del Único de La Plata hacen que sea difícil presionar muy alto sin dejar huecos.

Pero aún contemplando ese detalle, el equipo tucumano se plantó exageradamente atrás. Permitirle conducir a Paulo Díaz o a Jonatan Maidana tiene un precio, pero dejarlo a Enzo Pérez dar el primer paso, como hicieron los de Omar De Felippe, conlleva un peligro mucho mayor.

River encontró la ventaja rápido y evitó entrar en la dinámica de los últimos partidos. Nicolás De La Cruz aceleró y abrió para Fabrizio Angileri, quien centró por abajo para que Federico Girotti convierta el primero.

El joven delantero es una carta goleador tremendamente interesante que hasta parece tener menos minutos en cancha que lo que su rendimiento sugeriría. Posee inteligencia para jugar, ubicación para esperar la pelota y noción de sus virtudes y defectos para explotar aquellos y maquillar estos últimos.

Menos de 10 minutos después, a los 21, otra vez la fórmula de la llegada hasta el fondo y el centro atrás, marca registrada del ciclo de Marcelo Gallardo, le dio resultados al conjunto de Núñez.

Todo surgió de un gran pase en profundidad de Agustin Palavecino para que tras el toque atrás de Gonzalo Montiel, la empuje otra vez Girotti. En ningún momento de la primera mitad la postura de los equipos se modificó.

River continuó con el protagonismo y la búsqueda del tercero y Atlético siguió con el intento infructuoso de cortarle los circuitos a su rival. Además, el Decano no mostró ningún recurso ofensivo trabajado.

Hasta se equivocó en una de las pocas pelotas paradas que tuvo a favor , en la que jugaron corto luego de mandar a todos los centrales al área y la perdieron fácil. En el segundo tiempo, los jóvenes que jugaron en la delantera del Millonario, Girotti, Julián Álvarez y Lucas Beltrán, manejaron el partido entre la circulación y el cambio de ritmo más esporádico.

Y si bien, en algún momento, el equipo de De Felippe pudo tener un poco más la pelota, hasta que consiguió el descuento no generó gran peligro. Pero sí, en la primera que tuvo convirtió. Tras una pelota parada batallada, la segunda acción derivó en Leonardo Heredia que definió en el área chica ante un Franco Armani un tanto estático.

El conjunto tucumano entró en partido de forma inesperada y quedó a tiro. El partido se hizo más parejo luego del descuento. Atlético mostró por fin algo de lo que en su historia reciente supo explotar.

Cargó el área de River por arriba y con muchos hombres y capitalizó las desprolijidades a la hora de rechazar. En un par de acciones, Armani respondió bien. La merma del equipo de Gallardo pareció tener fundamento en el cansancio.

Un error de Maidana en el fondo pudo haberle hecho pagar al Millonario la baja en el ritmo que tuvo en el complemento, pero finalmente consiguió quedarse con el partido y la clasificación.

Sufrió por lo corto del resultado y mucho más de lo que debió en base a la diferencia en el juego. A pesar de todo, superó un áspero escollo y cumplió con la tarea de meterse en la próxima fase. En los octavos de final, enfrentará nada más y nada menos que a Boca, en un nuevo duelo de eliminación directa.

Juan Ignacio Minotti