La discusión sobre si se puede "ganar perdiendo" como describió Victoria Tolosa Paz después de las elecciones, se va saldando. Parece que se puede. Porque nadie hubiese hablado de la reelección presidencial después de las PASO, y hoy, ya son varios los dirigentes que lo han mencionado después de las elecciones generales del domingo.

Hay cierta lógica, porque el peronismo necesita un candidato para 2023 y tampoco parece que abunden. La mayoría de las figuras del oficialismo tienen un muy baja imagen pública y con ella, una imposibilidad casi completa de aspirar a ganar una elección.

Alberto Fernández tiene una imagen también deteriorada, pero tiene la gestión y si logra equilibrar algo las cosas, puede remontar esa deficiencia. De hecho, con ayuda de los intendentes, se remontó la elección PASO el último domingo.

El presidente tiene el apoyo de la CGT, que desconfía del kirchnerismo, tiene a muchos de los intendentes del conurbano que en algún momento se sintieron atosigados por La Cámpora, tiene dos Movimientos Sociales muy potentes, como el Movimiento Evita y Barrios de Pie, que lo respaldan.

Así como la oposición va a mostrar una feroz batalla entre varios dirigentes para llegar a la candidatura presidencial, el oficialismo puede tener en su carencia su fortaleza: si la gestión levanta, ¿quien sino el propio Alberto puede ser el candidato?.