Alberto y Horacio no tienen muchas cosas en común, en su momento, presentaron juntos las medidas, formaron un frente para resistir el ataque del virus. "Mi amigo Horacio", llegó a decir Alberto. Pero la vida, la política y las ambiciones, los distanciaron.

Sin embargo hoy, hay algo que los une: ambos saben que sin vacunas y con este nivel de casos, deben restringir y ambos entienden también, que a mas restricciones menos votos, y las elecciones se acercan, la posposición de un mes no ayuda casi nada.

Alberto ya lo pagó caro, las restricciones 2020 mandaron su imagen pública a niveles subterráneos, todo lo que le queda por delante es remontar, hoy lo sostiene el nucleo duro de Cristina Fernández como único sector social en el que recostarse.

Y Horacio sobrevivió, pero ahora empieza a pagar costos. Su jugada de mantener las clases presenciales a como de lugar, incluso recurriendo a la Corte Suprema, puede irse al bombo si ahora, a pocos días, termina suspendiendo las clases y dando la razón a Alberto.

Esta visto que los oficialismos la pasan muy mal con la pandemia. La desconcertante situación sanitaria que generó el virus hizo que la política, en todo el mundo, desnude sus desaciertos e improvisaciones, y son pocos los lugares en que los oficialismos sobreviven.

Alberto es oficialismo en Nación, pero Horacio lo es en la Ciudad, desde donde esperaba catapultarse al país entero. Cerrar es perder votos. Y si van a cerrar, demorarse en hacerlo es también demorarse en volver abrir y las elecciones son pasado mañana.

Al tiempo, no cerrar es mas contagios, mas ocupación en camas de terapia, tal vez mas muertos, y eso también tiene un costo político alto. Parece que Horacio cierra pese a todos sus reparos con ello ¿que tan alto será su costo en votos?