La líder del Partido Conservador anunció su dimisión como primera Ministra, tras 45 días al poder, luego de que sus políticas económicas hundieran los mercados y perdiera autoridad. Este constituye el mandato más corto de la historia de Gran Bretaña.

En una conferencia a la prensa, Truss declaró: “Dada la situación, no puedo cumplir con el mandato para el cual fui elegida por el Partido Conservador”.

Tan solo un día antes, la Primer Ministra declaraba que hacía frente a la crisis que golpea al país y que  era “una luchadora y no alguien que abandona”. El anuncio de su renuncia se dio a conocer luego de mantener una reunión con el legislador conservador Graham Brady, quien evalúa si el mandatario de turno cuenta con el apoyo de los miembros conservadores del Partido.

La tensión con los miembros del Parlamento, obligó a Truss a abandonar la gran mayoría de sus políticas con relación al fracking, que consiste en la extracción de gas de esquisto, algo que mostraba una dura oposición y llevó a que en la Cámara de los Comunes se produjeran conflictos en el recinto del Parlamento.

Un sondeo de opinión sigue dando al Partido Laborista una amplia ventaja, en donde los conservadores creen que la única esperanza de no caer en el olvido electoral, es desplazar a Truss del poder, aunque al momento siguen debatiendo quien sería su mejor reemplazo.

En un discurso que brindó en la cámara de los Comunes, Truss admitió que había cometido errores durante sus seis semanas en el cargo, y agregó que sus decisiones eran "en interés de los la estabilidad económica del país” , luego, los legisladores de la oposición presentes en el recinto gritaron: “¡Renuncia!”, mientras proseguía con sus declaraciones.

La Ley Británica no exige que se celebren elecciones hasta 2024, sin embargo la Líder laborista Keir Starmer expresó: “Los tories no pueden responder a su último descalabro simplemente chasqueando los dedos y modificando a los de arriba sin el consentimiento del pueblo británico. Necesitamos unas elecciones generales ahora”.