La situación en la industria automotriz en Argentina se ha visto afectada por la decisión de varias empresas, como General Motors, Volkswagen y ahora Renault, de postergar el reinicio de la producción debido a problemas de pagos con proveedores del exterior. Esta medida responde a la interrupción en el suministro de productos por parte de empresas extranjeras a varios autopartistas locales.

Renault Argentina ha confirmado que no abrirá la fábrica de Córdoba el próximo lunes, y la medida no tiene una fecha de reinicio prevista debido a la complejidad de los problemas que enfrentan los autopartistas. Esta situación impacta en la producción de modelos como Logan, Sandero, Kangoo, Alaskan y la pickup Frontier de la japonesa Nissan, que se fabrican en la planta de Santa Isabel.

La complicación en el acceso a divisas para importaciones, derivada del cepo total al dólar dispuesto el año pasado, ha llevado a que las automotrices deban financiar sus importaciones para seguir produciendo. La deuda de las terminales con el exterior asciende a más de u$s8.000 millones, y los proveedores internacionales han comenzado a cortar suministros, lo que ha intensificado la situación.

El gobierno de Javier Milel ha propuesto un plan de cancelación de deuda mediante un bono (Bopreal) que se extendería en cuatro años, y hasta el momento, solo Toyota ha aceptado esta propuesta, mientras que las otras terminales la están evaluando.

Esta situación pone de manifiesto los desafíos que enfrenta la industria automotriz en Argentina y la necesidad de buscar soluciones que permitan reactivar la producción y el abastecimiento de componentes para la continuidad de la actividad en el sector.