El presidente electo de Irán, Ebrahim Raisi, ha realizado por primera vez declaraciones sobre su prticipación en la ejecución masiva de prisioneros políticos en 1988 cuando era fiscal adjunto de Teherán.

Los grupos de derechos humanos sostienen que, poco después de que terminó la guerra de ocho años entre Irán e Irak, Raisi era uno de los miembros de la llamada "comisión de muerte" que ordenó la desaparición y ejecución de miles de prisioneros.