Las familias Qataríes se ven sorprendidas por los visitantes occidentales que contrastan con las costumbres culturales, entre las que se encuentra el tutelaje o supervisión masculino.

Los principios islámicos de los 350 mil habitantes qataríes en el Estado musulmán, son interpretados de diversas maneras, con familias mas conservadoras y otras más liberales. La mujer cumple un rol central en la región, y se las puede observar por el paseo de la avenida principal Al Corniche, en la zona marítima de la capital, algunas transitan las calles totalmente cubiertas de negro con su Burka y otras simplemente llevan puesto un hiyab a color, un velo que cubre su cabeza y cuello.

A la hora de tomar decisiones importantes interviene un sistema conocido como tutelaje masculino de mujeres, que para quienes se oponen a esta práctica la describen como “ser como una menor toda la vida”, siendo  la base de reclamos para mejorar los derechos femeninos. 

El tutelaje no responde a una ley en sí, sino que reside en normas familiares que dependen de cuán conservadores sean sus miembros, según explica en una entrevista a la BBC, la Qatarí Saima Seriff, cofundadora de Embrace Doha, una asociación cultural que ayuda a la comunidad expatriada y permite que los extranjeros entiendan mejor la cultura del país. También explica que existe un entorno liberal donde las mujeres del país son empoderadas.

Al tratarse de un país musulmán, Qatar responde a la ley islámica, o sharia, como fuente principal de derecho. En su Constitución, en el artículo 35 indica que “Todas las personas son iguales ante la ley y que no se les puede discriminar por sexo, raza, lengua o religión”

"Pero la sharia es un organismo muy diverso de reglas, con muchas escuelas de pensamiento, algunas más estrictas y otras más liberales, modernas y reformistas", dice Eleni Polymenopoulou, profesora en leyes y derechos humanos en la Universidad Bin Jalifa de Doha, y para quienes sufren el tutelaje masculino esto representa un desafío, ya que, para la organización Human Rights Watch (HRW), en un reporte en el año 2019, esto no es un sistema legal claro.

"Es más bien una mezcla de leyes, políticas y prácticas en que mujeres adultas deben obtener permiso de su tutor masculino para actividades específicas", dice la ONG. El guardián masculino puede ser un padre, hermano, tío o esposo y según el informe de HRW, esto llega a afectar gravemente la salud mental de muchas mujeres.

La qatarí “Zainab”, quien prefirió no revelar su verdadero nombre a pesar de que vive en el exterior, explica: “Para cada gran decisión de la vida, necesitas el permiso escrito explícito de un guardián masculino. Si no lo obtienes, no puedes tomar esa decisión, ya sea matricularse en la universidad, estudiar fuera, viajar, casarse o divorciarse”, y también reveló que ante esta presión emocional contempló el suicidio en alguna ocasión.

La profesora Polymenopoulou detalló sobre sus estudiantes: "Muchas mujeres de familias liberales tienen permitido hacer muchas más cosas, pero que luego hay otras que necesitan el permiso del tutor para salir, por ejemplo, y que ese es uno de los mayores problemas. Realmente depende de la familia".

El Gobierno de Qatar dijo que el informe de HRW era impreciso, y no se alineaba con sus leyes, pero se comprometió a investigar los casos y procesar a quien rompa la Ley.