El caso de tres mujeres argentinas, de edades entre los 25 y 30 años, que fueron engañadas y presuntamente secuestradas en Punta del Este, ha generado consternación. Según los informes, las mujeres fueron invitadas a la ciudad balnearia por dos hombres con el propósito de ejercer la prostitución, pero al llegar, las condiciones cambiaron drásticamente.

Los individuos, un ciudadano argentino y otro uruguayo, presuntamente les confiscaron los documentos, las retuvieron contra su voluntad y las obligaron a mantener relaciones sexuales. Posteriormente, se descubrió que les cobraban un alquiler por el alojamiento en Maldonado y retenían parte de sus ganancias como trabajadoras sexuales. Además, les prohibían salir sin autorización, las mantenían incomunicadas y les instalaron rastreadores en sus teléfonos.

El alarmante episodio llegó a su fin cuando las mujeres lograron pedir ayuda en una estación de servicios, donde la policía respondió rápidamente. Tras el llamado al 911, se inició una investigación que condujo a la detención de los presuntos responsables. Se ha informado que las víctimas fueron sometidas a pericias médicas y psicológicas, y se encuentran bajo custodia policial.

La Fiscalía de 1° Turno de San Carlos, especializada en Violencia Doméstica y Sexual, está a cargo de la investigación. En una audiencia judicial, la Justicia uruguaya decidió imputar a los dos hombres por trata de personas con fines de explotación sexual, y se les ha dictado prisión preventiva por 180 días mientras avanza el proceso penal.

Este caso pone de manifiesto la gravedad de la trata de personas, un delito que atenta contra la dignidad y los derechos humanos. Es fundamental que se brinde apoyo y asistencia a las víctimas, así como que se aplique la ley con firmeza para prevenir y castigar este tipo de abusos.