Durante la ceremonia de creación de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV, por sus siglas), la presidenta entregó mil quinientas netbooks a estudiantes secundarios de escuelas públicas, en el marco del plan “Conectar.Igualdad”, así como setenta viviendas.

En este marco, Cristina Fernández afirmó que “es muy importante lograr esta democratización en materia de acceso a la educación universitaria”.

Durante su elocución en el Teatro Roma, ponderó que “el modelo iniciado en mayo de 2003 permitió ir derribando prolijamente todos esos dogmas y falsas verdades sacralizadas que nos decían que los argentinos no podíamos ser felices ni tener una mejor sociedad, más justa y equitativa”.

“El logro más importante es dar la batalla cultural sobre nosotros mismos para demostrarnos que somos capaces de hacer cosa diferente y mejor”, postuló la jefa de Estado.

“Serían imposibles estas obras sino se administran bien los recursos. No es magia: se privilegió el mercado interno para generar trabajo, trabajadores que son usuarios y consumidores y reactivan el mercado interno”, argumentó.

Por ello, le reclamó a los opositores que “permitan que se siga gobernando para todos los argentinos con los instrumentos de la Constitución” y convocó a un “debate más serio” de ideas y propuestas. “Se escucha únicamente descalificación, agravios, negativas y oposición por la oposición misma”, deploró.

En este sentido, ejemplificó que la Argentina está actualmente “en el menor nivel de endeudamiento” desde que el país se incorporó a los organismos internacionales.

“Yo simplemente soy un instrumento de un modelo de país y de una sociedad que soñé desde muy joven, un modelo de país que antes que yo soñaron miles de hombres”, afirmó al pedir “compromiso con un modelo de patria, y no sólo con nombres”.