El problema con la variante multi-mutante ahora llamada Omicrón, proveniente de Sudáfrica y Botswana, es que es otro virus. Tiene mas de 50 mutaciones respecto de la descubierta en Wuham, China y 30 de ellas en la proteína de pico que es la que produce los contagios.

El mayor de los temores se produce respecto a la eficacia de las vacunas desarrolladas, dado que con tantos cambios, es un virus diferente y se sospecha que su transmisibilidad puede ser muy agresiva.

Además, se cree que el impacto en los infectados, es decir los síntomas de la enfermedad, podrían ser bien diferentes a los del virus tradicional.

El profesor Tulio de Oliveira, director del Centro de Innovación y Respuesta a Epidemias en Sudáfrica, dijo que hay una "constelación inusual de mutaciones" y que es "muy diferente" a otras variantes que han circulado.

"Esta variante nos sorprendió. Tiene un gran salto en la evolución y muchas más mutaciones de las que esperábamos", señaló.

El profesor Richard Lessells, de la Universidad de KwaZulu-Natal en Sudáfrica, dijo: "Nos preocupa que este virus pueda tener una transmisibilidad mejorada, una capacidad mejorada para propagarse de persona a persona, pero también podría evitar partes del sistema inmunológico".

Ha habido muchos ejemplos de variantes que parecían aterradoras sobre el papel, pero que no llegaron a nada. La variante Beta estaba en la cima de las preocupaciones de los expertos a principios de año porque era la que mejor para escapaba del sistema inmunológico. Pero al final fue la delta, que se extendió más rápido, la que se apoderó del mundo.