Hay tres sacerdotes que fueron salvados por Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, durante la última dictadura. Uno de ellos es Enrique “Quique” Martínez, párroco de la Parroquia de la Anunciación de La Rioja.

“Estos son momentos de renovación; mucha alegría”, enfatizó el religioso.

“Cuando se conoció la noticia estaba en mi casa. Cuando escuché el nombre no lo podía creer, sentí una emoción muy grande. Vinieron a mi memoria muchos recuerdos que me emocionan”, señaló Martínez.

Y relató: “Lo conocimos a Bergoglio siendo muy joven. Se presentó así, ‘Yo soy Jorge’. Comenzó una relación de amistad, pasábamos momentos difíciles. Cuando asesinan a Monseñor Angelelli él estaba en Perú y lo primero que hizo cuando regresó fue venir a vernos a la madrugada, nos expresó sus dolor y su saludo”.

“Él potenció la tarea misionera en todo el país, trabajando los lugares de fronteras, de pueblos límites”, remarcó.

“Nuestra casa en La Rioja fue allanada; seguramente no la contábamos si estábamos ahí”, recordó.

“Las mentiras tienen patas cortas; hay un refrán que dice ‘para conocer al rengo hay que dejarlo andar’. Hay cosas tan burdas que no sostienen el menor análisis”, enfatizó Martínez sobre la época de facto de la Argentina.