Esto de trabajar los sábados ha generado escozor en algunos diputados. Especialmente si se hace costumbre. Despues de que el bloque de Juntos por el Cambio forzara una sesión especial este jueves, para tratar la prórroga a la ley de biocombustibles y de esa forma, consiguiese posponer el tratamiento de la modificación del Impuesto a las Ganancias, el presidente del cuerpo, Sergio Massa, lo resolvió fácil, convocó a sesión el sábado para tratar este último tema.

Fue una puñalada trapera en el pecho para algunos. Encima, la sesión convocada ayer, fracasó, pese a todas las previsiones y "poroteos" realizados por el bloque opositor, y con la perspectiva de tener que trabajar el fin de semana, Mario Negri, titular de Juntos por el Cambio, quiso cambiar el rumbo de la historia, y adelantar, para ese mismo momento, la sesión por ganancias.

"No estamos en 2002 como para sesionar un sábado", espetó como argumento lógico. Por cierto fracasó. Primero porque el bloque oficialista no estaba allí, muchos de ellos ni siquiera en Buenos Aires sino en sus territorios y segundo porque Massa no iba a permitir que no "truene el escarmiento".

Por ende, el sábado deberán los legisladores estarán ahí, en forma presencial de ser posible, como requiere la oposición desde hace un año. El terror que sacude el alma de muchos, es que se haga costumbre.