El favoritismo de Los Angeles Lakers para esta temporada de la NBA era incuestionable. Los últimos campeones, que ya contaban con un equipo soñado, realizaron contrataciones tremendas como las de Marc Gasol, Montrezl Harrel o Dennis Schröder, para tener un plantilla incluso superior a la que tenían al consagrarse el año pasado. 

Sin embargo, algo conspira contra sus ilusiones de bicampeonato: las lesiones. Con Anthony Davis fuera de las canchas, el rendimiento del equipo bajó notablemente, y cuando el barco parecía enderezarse, se sumó la lesión de LeBron James. Las aspiraciones de la franquicia más ganador están en serio riesgo. 

El 15 de febrero, en el partido ante Denver Nuggets, con tan solo 14 minutos jugados, Davis, el ex jugador de los New Orleans Pelicans, debió dejar la cancha con un agudo dolor en la zona del gemelo. Días anteriores había presentado molestias en la zona del tendón de Aquiles, una de los sectores más conflictivos para cualquier lesión. 

Los estudios médicos confirmaron que dicho tendón no estaba roto, aunque si dañado, y que el esfuerzo hecho con el gemelo para intentar no resentir la zona habían provocado una lesión también en dicho músculo. Más de un mes pasó de tal evento y nunca se estipuló una fecha oficial de regreso. Inclusive, hace unos pocos días, los médicos del equipo informaron que “La Ceja” no será dado de alto por un mínimo de tres semanas más y que aún así, no tienen modo de confirmar un posible plazo para su vuelta a la cancha. 

Desde entonces, los Lakers tuvieron una racha complicada. De 15 partidos, ganaron siete y perdieron ocho; números flojos para un aspirante al título. Antes de la lesión de Davis, se encontraban segundos en la Conferencia Oeste, a tan solo un partido de los Utah Jazz. Actualmente, están terceros, por debajo de Phoenix Suns y muy cerca de ser alcanzados por Los Angeles Clippers. 

A pesar de todo eso, los últimos cuatro encuentros previos a la lesión de James habían sido buenos triunfos. Sin embargo, el golpe de la lesión de su máxima figura volvió a derribarlos: perdieron ese mismo encuentro del sábado en el que el “Rey” debió dejar la cancha frente a Atlanta Hawks y el siguiente ante Phoenix Suns. La imagen fue espeluznante. 

El tobillo del multicampeón con Miami Heat se dobló de manera casi inverosímil y él terminó arrastrándose de dolor un largo rato. Si bien oficialmente solo se comunicó que se trata de un esguince de tobillo, la información que proviene de los Estados Unidos refiere a una lesión al menos de grado 2, con la posibilidad concreta de que sea necesario el uso de una férula. 

De acuerdo a la evolución, este tipo de lesiones puede implicar un periodo de inactividad de uno a tres meses. Las previsiones son negativas. James se perderá como mínimo 16 partidos y cabe la posibilidad de que recién pueda regresar para los playoffs. Por lo hecho hasta el momento, parece prácticamente imposible que Los Angeles Lakers se queden afuera de la postemporada. 

Sin embargo, su éxito en la etapa decisiva del campeonato puede verse condicionado por el puesto en el que finalicen en la temporada regular. El riesgo de quedar cuarto es alto y con ese puesto, las posibilidades de un cruce muy difícil son concretas, dado que enfrenarían al quinto. En este momento, el equipo que está en dicha colocación es nada menos que Denver Nuggets. Además, el hipotético cuarto lugar condenaría a los Lakers a quedar del lado del primero, hasta el momento Utah Jazz, pensando en un potencial cruce de semifinales de conferencia.