Este domingo se disputó la última jornada de la temporada regular de la NBA. Si bien todavía faltan disputarse los play-in para conocer los rivales de quienes finalizaron en las primeras dos ubicaciones de cada conferencia, ya hay cuatro duelos definidos. Dos de ellos, son de mucho peso y dejarán a algún candidato fuerte rápidamente en el camino.

En el Este el primer ya definido es atrapante y tiene su historia reciente. Los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo se medirán frente al Miami Heat de Jimmy Butler, tal como sucedió en las semifinales de conferencia del año pasado en la “burbuja” de Orlando.

Allí, la franquicia de Florida se impuso por 4-1. Dio la sorpresa, anuló a la estrella griega y lo eliminó con un solo partido perdido. Durante este año ninguno de los dos estuvo a la altura de lo que prometía. Los Bucks lideraron las dos últimas temporadas regulares con el mejor récord de victorias de toda la liga.

En este caso quedaron en la tercera colocación y tuvieron un rendimiento claramente por debajo de los Philadelphia 76ers y los Brooklyn Nets. Antetokounmpo, su gran figura y ganador de los últimos dos MVP, tampoco tuvo un campeonato especialmente bueno y ni siquiera aparece en la discusión para tal galardón este año.

Sin embargo, durante los últimos partidos se encendieron y llegan en alza. Si bien cayeron en el último duelo frente a los Chicago Bulls, fue porque ya no jugaban por nada y le dieron rodaje a un equipo totalmente alternativo.

Antes de eso, hilvanaron 10 triunfos seguidos, incluyendo dos ante los Nets. El Heat estuvo muy lejos de despegar tras el subcampeonato pasado. Las lesiones y el COVID-19 lo condicionaron, pero aún así fue extremadamente irregular y hasta corrió riesgo de caer en Play-in.

Casi no pudo disfrutar de Victor Oladipo, que llegó y se lesionó enseguida, y todo volvió a recaer en Butler. Sin embargo, es un equipo que da un plus en los partidos decisivos y ya sabe como jugarle a Milwaukee.

El otro duelo del este es entre dos equipos sorpresivos. Los New York Knicks, que vuelven a los playoffs tras ocho años, se enfrentan a los Atlanta Hawks, que regresan tras cuatro temporadas. El equipo neoyorquino donde desembocará Luca Vildoza, aunque probablemente no lo haga esta temporada, sorprendió mucho.

Tras varios años de penurias y sin una incorporación de una súper estrella rutilante consiguió, de la mano de Mike Thibodeau, apostar por lo que ya tenía e incrementar los niveles individuales. Así encontró en RJ Barret y especialmente en Julius Randle, quien estuvo en el último Juego de las Estrellas, gratísimas sorpresas. Además, incorporó experiencia en un sexto hombre lujo como Derrick Rose.

Los Hawks supieron rodear a una de las mejores estrellas jóvenes de la NBA: Trae Young. El monstruoso base que tantas veces jugó solo, hoy está bien cubierto por varios jugadores de peso, que de todos modos no le discuten el trono como Danilo Gallinari, Bogdan Bogdanovic, John Collins, Kevin Huerter y Clint Capella, e invaluable aporte defensivo.

Será un duelo muy parejo. En el oeste, el primer duelo involucra para los argentinos un duelo de bases único. Los Denver Nuggets de Facundo Campazzo se medirán frente a los Portalnd Trail Blazzers de Damian Lillard. El equipo del argentino enderezó el rumbo sobre el final de la temporada regular, paradójicamente cuando una de sus figuras, Jamal Murray, se lesionó.

Con Campazzo como generador de juego y Nikola Jokic, indiscutible merecedor del premio MVP, la franquicia de Colorado no solo logró terminar en la tercera colocación, sino que también consiguió erigirse como firme candidato.

Del otro lado, hay un equipo indiscutiblemente liderado por Lillard, pero con laderos de lujo como CJ McCollum y Carmelo Anthony. Es una franquicia que no suele llegar a la pelea por el título pero que sí da bastante más de lo que su plantel sugiere en los partidos decisivos.

El último duelo también tiene una parva de atractivos. Los Angeles Clippers, la franquicia de la NBA que más años tiene sin alcanzar una final de conferencia se mide ante los Dallas Mavericks.

El equipo angelino, de la dupla Kawhi Leonard-Paul George, tiene enormes figuras, pero problemas aún más gigantescos para afrontar juegos decisivos. Cargan con la presión de la historia del equipo al que representan y con la propia, que tampoco ha sido buena en tal aspecto. De hecho, en la última temporada fueron eliminados en semifinales por los Nuggets luego de encontrarse 3-1 en ventaja en la serie.

Los Mavericks encontraron regularidad al final de la temporada. La extrema dependencia de Luka Doncic no cesó. Pero, con la ayuda de Tim Hardaway Jr. y algo de Kristaps Porzingis, que sigue por debajo del nivel que de él se espera, consiguió primero entrar entre los ocho mejores y luego alejarse de la zona de play-in para asegurarse un lugar en la postemporada. Otro partido que promete mucho.