Dejando en shock a toda una nación, los ataques del 4 de septiembre en la provincia de Saskatchewan ocasionaron la muerte de 10 personas, nueve de ellas parte de la comunidad indígena James Smith Cree Nation

Entre ellos se encontraba Wesley Petterson, el mayor de las víctimas, con 78 años. De acuerdo con sus vecinos, siempre estaba al tanto de los demás, ganándose el afecto de toda la comunidad. “No se merecía esto”, lamentó su vecina, Ruby Works, en declaraciones para la cadena de noticias canadiense CBC. 

Al igual que Petterson, Gloria Burns, otra víctima del ataque, de 61 años, también era muy querida por su comunidad. “Murió ayudando a la gente”, aseguró su hermano. Burns fue asesinada mientras intentaba auxiliar a los heridos en su casa.

De igual manera, Bonnie Goodvoice-Burns, de 48 años, perdió la vida luego de intentar ayudar a su hijo, Gregory Burns (28), que había sido apuñalado. Ambos fallecieron. “¿Cómo alguien le puede hacer esto a mujeres y niños?”, declaró Mark Arcand, hermano de la víctima, “Las palabras no pueden expresar cómo me estoy sintiendo”. El hijo de 13 años de Bonnie, Drayson, también fue herido, sin embargo, logró sobrevivir. 

Thomas Burns, de 23 años, y Carol Burns (46) también estaban entre los fallecidos, pero la policía no confirmó si estaban relacionados. 

Lana Head (49), madre de dos hijas y guardia de seguridad de Northern Lights Casino, también fue identificada entre las víctimas por su pareja, Michael Brett Burns. Antes del ataque, había posteado para las redes sociales que tenía “tantos buenos momentos para celebrar”

Christian Head, de 54 años, también se encontraba en la lista de víctimas por la policía. 

Un veterano, Earl Burns Sr (66), fue asesinado en el ataque. Había sido miembro de la infantería. El grupo Veteran Voices of Canada rindió tributo a Earl con una publicación a través de las redes sociales: “Dio su vida para salvar la de su esposa y nietos durante el ataque”.