Juan Manzur es el gobernador de Tucumán. Ganó la elección de 2015 y fue reelecto en 2019. En este momento, mantiene un distanciamiento y una batalla política con su vice Osvaldo Jaldo. De hecho, este último lo enfrentó en las primarias del domingo pasado.

El alejamiento con Jaldo se originó en marzo, cuando se eligió al Defensor del Pueblo provincial, y se partió el bloque oficialista. El domingo pasado, el sector de Jaldo presentó su propia lista en las primarias con la lista de Manzur, y el gobernador lo venció con claridad: se llevó las PASO por 61% a 38% y quedó cómodo para terminar su gobierno y tal vez, digitar a su sucesor, dado que ya no tiene otra reelección consecutiva.

Manzur es el hombre que Cristina Fernández dice haberle sugerido a Alberto Fernández para ocupar la jefatura de Gabinete de Ministros en reemplazo de Santiago Cafiero. También Alberto lo valora y ayer se reunió con él. Algunos dicen que le ofreció el mismo cargo y también dicen que el tucumano lo rechazó.

El problema de Manzur es claro: es el dueño político absoluto de la provincia mas poblada del noroeste: 1.250.000 electores. Mas que Salta, Chaco, Formosa, Jujuy, Catamarca, Santiago del Estero, etc. Casi a la par del Mendoza, gobernada por el radicalismo. En una presidencial, ganar Tucumán con una diferencia importante, compensa perder Mendoza, tal es la importancia de su provincia en términos políticos.

Ahora bien, el lugar que le ofrecen a Manzur es el de un "fusible". El jefe de Gabinete está para pagar "los platos rotos" de una gestión fallida, para salir eyectado cuando las cosas salen mal y proteger así la figura presidencial.

En un sistema absolutamente presidencialista, donde, a diferencia de los sistemas parlamentarios, no se puede ante un crisis, disolver el gobierno y llamar a elecciones, el jefe de Gabinete es la válvula de escape de un gobierno tambaleante.

¿Porque Manzur dejaría su poderosa provincia, y la abandonaría en manos de vice, que a su vez es su rival mas acérrimo, arriesgando la posibilidad de nominar un sucesor de su gusto, para ir a un lugar del que puede salir eyectado en 6 meses y totalmente incendiado para el futuro?.

Hay un antecedente. Jorge "Coqui" Capitanich era gobernador del Chaco cuando Cristina Kirchner lo llamó para ser su Jefe de Gabinete. También transcurría su segundo mandato. No renunció, pidió licencia, duró un año y tres meses y reasumió la gobernación.

Tal vez, sería la solución para que acepte Manzur. Tomar el cargo por un año y un corto período más, a sabiendas que, a mas tardar, a mediados de de 2023 desiste de la Jefatura y vuelve a su provincia a organizar la sucesión.

El problema en este caso es que Jaldo, el vice tucumano que quedaría a cargo de la gobernación, puede hacerle un desastre, cambiarle el gabinete, la políticas y preparar su propio futuro electoral y cuando Manzur regrese, encontrarse con un caos complejo de resolver.

El gobernador tucumano tiene su propia problemática y le generaría un enorme problema quedar a cargo del gabinete y abandonar su provincia. Habría un forma de convencerlo: acordar que, si puede ordenar la gestión, sucederá, con el peronismo detrás de él, a Alberto Fernández en la presidencia en 2023. Es un buen argumento para que acepte recibir el hierro ardiente.