Tras el escándalo que generaron las declaraciones del embajador chileno en la Argentina, el diplomático decidió dejar su cargo.

Miguel Otero, quien había dicho que la dictadura de Augusto Pinochet no afectó a la mayoría de los chilenos, presentó su dimisión a pesar de que había sido ratificado por el presidente Sebastián Piñera.

El diplomático se comunicó vía telefónica con el canciller Alfredo Moreno para comunicarle su determinación.

Otero también había asegurado que si en 1973 no hubiera tenido lugar el golpe de Estado, Chile "hoy sería cuba" y que, finalmente, "ganó el pueblo".

Además, el diplomático dijo que la población se había sentido "aliviada" con el golpe militar encabezado por Pinochet, que derrocó al gobierno constitucional de Salvador Allende, e instauró una dictadura que perduró hasta 1990.