Stephen Curry es uno de los jugadores más destacados del mundo desde hace varios años. Incluso, tras la caída del equipo indestructible de los Goldes State Warriors que lideraba el base, acompañado por Draymond Green, Klay Thompson y Kevin Durant, entre otros, el 30 permaneció entre los más destacados de la NBA. Pero sus compañeros cada vez lo acompañan menos, y hoy la posibilidad de que el eximio tirador se quede sin jugar los playoffs por segundo año consecutivo, es concreta.

En ese contexto, sucedió lo inimaginable: a Curry se lo empezó a vincular con otra franquicia. Y esa franquicia, es nada más y nada menos que Los Angeles Lakers, lo que implicaría no solo la reunión del campeón del torneo de triples con LeBron James, sino también una ruptura total de la liga. El rumor tiene muy poco asidero real. Desde hace un tiempo el equipo angelino es ubicado por los medios estadounidenses como el destino de todos los jugadores con algún tipo de situación contractual sin resolver.

Sin embargo, la información despertó a los directivos de los Warriors de la siesta. Al mayor de los hermanos Curry se le vence el vínculo contractual con su actual equipo en 2022. En varias oportunidades amagaron con acercarle propuestas, pero, confiados en la fidelidad del jugador con el equipo y su arraigo a la ciudad, no lo hicieron. Siempre se escudaron en una realidad incuestionable: por motivos de valores de vínculos vigentes, si le renovaban en 2020, por ejemplo, hubieran tenido que ofrecerle menos dinero y menos años de contrato.

Por eso, en este caso, la oferta es económicamente muy tentadora: 217 millones de dólares por cuatro años más en la franquicia. Esto equivale a 54,25 millones de dólares anuales, lo que significaría un aumento de mas de ocho millones al año con respecto a lo que gana ahora y lo convertiría nuevamente en el jugador mejor pago.

Si Curry llegase a negarse, a los Warriors les quedaría un tiro más, aunque muy riesgoso. El jugador, una vez libre, podría negociar con otros equipos, así como también con Golden State, y ya a esa altura el equipo de Oakland podría ofrecerle 279 millones de dólares por cinco años, lo equivalente a 55,4 millones por temporada.

Lógicamente, el base de los Warriors, como cualquier deportista profesional, debe querer aumentar sus ganancias. Sin embargo, no parece, para un jugador que ha ganado la cantidad de dinero que él ha ganado, el factor determinante para hacerlo permanecer en el equipo y en la ciudad.

Curry sabe que es de los mejores de la liga y que aun tiene capacidad de ser determinante en un posible campeonato; lo demuestra en casi todos sus partidos. Sin embargo, su equipo se ubica 10° en la Conferencia Oeste y en este momento está afuera de los puestos de postemporada. Las contrataciones de los Warriors no han sido todo lo efectivas que se preveían. Andrew Wiggins y Kelly Oubre Jr., quienes fueron contratados para convertirse en laderos del base, continúan en proceso de adaptación y en muchos partidos parecen más un lastre con el que mejor tirador de la liga carga, que una ayuda.

El crecimiento del joven James Wiseman, y el retorno tan esperado de Klay Thompson, que se espera para la próxima temporada, pueden colaborar con el entusiasmo del nacido en Ohio. Pero, seguramente, la institución de Oakland deba enfocarse en rodearlo bien y convencerlo de que un nuevo anillo con ese equipo es posible, además de en la cuestión puramente económica.