Los talibanes han atravesado la provincia occidental de Herat y se han apoderado de dos cruces fronterizos clave con Irán y Turkmenistán, y gran parte del campo más allá de los límites de la ciudad.

Fue la última parte de Afganistán en colapsar ante un rápido avance de los militantes, durante el cual han tomado el control de áreas mucho más allá de sus bastiones sureños originales. Su velocidad ha alimentado los temores de que el gobierno de Kabul caiga en unos meses.