La conclusión, al menos de la primera etapa de la gran batalla interna del radicalismo, luego de las elecciones del 14 de noviembre, llegará el próximo viernes 17 de diciembre, cuando se defina la presidencia del centenario partido.

Desde que pasaron las elecciones generales, comenzó una disputa feroz por diversos cargos en juego, y el grupo que responde a Martín Louestau, salió a disputar cada centímetro de poder, al armado radical tradicional con base en las provincias que gobierna el partido.

En la luchas por la presidencia del bloque en diputados fue donde se produjo el combate mas virulento, al punto que, al no poder desplazar a Mario Negri, los partidarios del economista rompieron el bloque y crearon uno porpio, con 12 diputados, al que llamaron Evolución.

Las acusaciones entre unos y otros, recalentaron totalmente el panorama. Gerardo Morales, principal aspirante a reemplazar a Aldredo Cornejo en la presidencia, acusó a Lousteau de tratar de romper el partido para entregárselo a Horacio Rodríguez Larreta, mientras que el actual senador, dice que el grupo de Morales y Negri son funcionales al kirchnerismo.

Mientras esto ocurría, los senadores que tienen como referentes a los gobernadores, desplazaron a Lousteau de la vicepresidencia segunda de la Cámara Alta, para dársela a Carolina Losada, recientemente electa por Santa Fe, quien cobró un poder inesperado el mismo día de asunción, por el "castigo" inflingido a "Guga".

Ahora, viene el conclusión de la gran batalla. Es el momento del "poroteo" de Convencionales, que eligen de modo indirecto al nuevo presidente radical en un encuentro que parece tener resultado cantado a favor de la candidatura de Morales, pero nunca puede descartarse una maniobra de último momento del grupo de Louestau, que parece muy dispuesto a correr riesgos en la disputa.