Todo el mundo sabe que los pezones femeninos no gustan a las redes sociales que usamos a menudo. El imperio Facebook impone su moral demonizando el pezón, aunque no haya podido hacerlo con el director Pedro Almodóvar y el cartel principal de su última película (que acabó aceptando tras su censura inicial). Y eso también sucede cuando hablamos de obras de arte.