La perspectiva de terapias médicas que retrocedan el reloj en el proceso de envejecimiento se ha acercado un poco más después de que los científicos rejuvenecieron tejidos de forma segura en ratones de mediana edad.

Investigadores en los Estados Unidos trataron animales sanos con una forma de terapia génica que refrescó las células más viejas, haciendo que los animales fueran más jóvenes de acuerdo con los marcadores biológicos que se utilizan para medir los efectos del envejecimiento.

Repetir el truco en humanos está lejos de ser sencillo, pero los hallazgos impulsarán el interés en nuevas terapias radicales que apuntan a retrasar o revertir el proceso de envejecimiento como un medio para abordar enfermedades relacionadas con la edad como el cáncer, los huesos quebradizos y el Alzheimer.

“Una gran cantidad de enfermedades relacionadas con la edad podrían beneficiarse de este enfoque”, dijo Heinrich Jasper, miembro principal y director de la empresa estadounidense de biotecnología Genentech.

Si se puede demostrar que el enfoque combate ciertos problemas de salud, “constituiría un nuevo enfoque terapéutico con un impacto significativo en las necesidades médicas no cubiertas en todas las etapas de nuestra vida”, agregó.

Los científicos se basaron en trabajos previos del premio Nobel japonés, el profesor Shinya Yamanaka, quien demostró que una mezcla de cuatro moléculas, conocidas como factores de Yamanaka, puede rebobinar las células adultas en células madre jóvenes que son capaces de formar casi cualquier tejido del cuerpo.

Escribiendo en la revista Nature Aging , el equipo estadounidense dirigido por Jasper y el profesor Juan Carlos Izpisua Belmonte en el Instituto Salk en California y el Instituto Altos de San Diego, encontró que los ratones que recibieron factores de Yamanaka durante varios meses se parecían a animales más jóvenes en muchos aspectos, con su piel y riñones en particular muestran signos de rejuvenecimiento.

Los experimentos demostraron que el rejuvenecimiento fue más efectivo cuando la terapia se administró durante un período prolongado, de siete a 10 meses, a partir de los 12 a 15 meses de edad de los animales, equivalente a la edad de 35 a 50 años en humanos. Cuando los animales más viejos, equivalentes a 80 años en términos humanos, fueron tratados durante un mes, los científicos vieron poco impacto.

Los investigadores son cautelosos sobre el uso de factores de Yamanaka en humanos porque trabajos anteriores han demostrado que las células completamente reprogramadas pueden convertirse en grupos de tejido canceroso llamados teratomas.