La Primera Ministra, Liz Truss hizo frente a las críticas que la oposición en el Parlamento lanzó hacia su mandato, debido a la crisis que afronta el País a nivel económico y se defendió: “Soy una luchadora, no alguien que abandona”.

Tras dar marcha atrás con el programa económico, debiendo renunciar a la gran mayoría de medidas anunciadas al principio de su mandato, Truss declaró que corrigió la situación “en el interés nacional para garantizar al país la estabilidad económica”.

El Director de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), Darren Morgan, explicó que la inflación volvió a subir debido al “incrementos adicionales en los alimentos, que experimentaron su mayor aumento anual en más de 40 años, mientras que los precios de los hoteles también aumentaron después de caer en esta época el año pasado”.

Según el Índice de Precios al Consumo (IPC) del Reino Unido, se registró un 10,1% en septiembre, lo que ubica ese valor en el nivel más alto de los últimos 40 años, en relación a los servicios en los hogares, como por ejemplo, la electricidad, el gas, alimentos, bebidas no alcohólicas y transporte.

“Estos aumentos fueron parcialmente contrarrestados por las continuas caídas en los costes de la gasolina, con los precios de las aerolíneas cayendo más de lo normal para esta época del año y los precios de los automóviles usados también subieron menos que los grandes aumentos observados el año pasado”, agregó Morgan.

Ante la situación inflacionaria y el revuelo nacional, Truss expresó a los medios locales: “Quería actuar pero para ayudar a la gente con sus facturas de energía, para hacer frente a la cuestión de los altos impuestos. Pero fuimos demasiado lejos y demasiado rápido”, y agregó: “Quiero aceptar la responsabilidad y pedir perdón por los errores cometidos”.

Asimismo, Jeremy Hunt, sucesor como Ministro de Economía Británico de Kwasi Kwarteng, explicó que el objetivo del Gobierno es “dar prioridad a ayudar a los más vulnerables mientras brinda una estabilidad económica”

El Banco de Inglaterra dispuso una serie de incrementos en los distintos tipos de interés en un intento de frenar la inflación del país.