Los resultados de primera vuelta en Ecuador no le daban muchas chances a Guillermo Lasso. El correísta Andrés Arauz, sacó mas del 37% de los votos, y lejos, dos candidatos peleaban el segundo lugar. Lasso y el indigenista "Yaku" Pérez. Se dirimió con litigio, Pérez exigía recuento y los rumores indicaban que el correísmo había maniobrado a favor de Lasso para que eso ocurra.

¿Porque? Simple, porque Lasso era la antítesis, quien le permitiría polarizar, si el que pasaba era el indigenista Pérez, el riesgo de que este último les quitase los votos progresistas, era demasiado grande. Aparte Lasso, ya había perdido dos elecciones, era un "perdedor".

La autoridad electoral indicó que Lasso quedó segundo sobre Pérez por 19,74% contra 19,38%, nada.

Lasso debía remotar casi 20 puntos y no sabía de donde sacar votos, la izquierda indigenista no es proclive a votar a un banquero. Y alguien propuso llamar a Jaime Duran Barba, el ecuatoriano que manejó todas las campañas de Mauricio Macri en Argentina.

La campaña cambió de cariz, modificó el modo de presentarse ante la gente, y empujó al indigenismo a no agregarle votos a Arauz, reclacando todas las medidas que el correismo tomó en contra de los intereses indígenes, especialmente a favor de la minería.

Lasso fue electo ayer presidente, con el 52,7% de los votos en la segunda vuelta. Otro milagro de Duran Barba.