"Hay que tener mucho cuidado acá y cerrar alianzas con sectores con peso, porque Alberto, en cuanto se le complica un poco, te suelta la mano", dice un alto funcionario que no se priva de fracuentar la Rosada dos o tres veces por semana.

Los hombres que llegaron al gabinete de la mano de Alberto Fernández se sienten inseguros, caminan en arenas movedizas, porque la gestión no es sencilla, la posibilidad de cometer un error siempre es importante y se sienten sin respaldo.