La pandemia y las distintas restricciones que la acompañaron han llevado a un aumento en la popularidad de las aplicaciones de citas. Por ejemplo, el número total de golpes en Tinder aumentó en un 11% el año pasado, y el número diario de golpes superó la marca de los 3 mil millones por primera vez en marzo de 2020.

Esto no es sorprendente si se considera que muchos lugares donde la gente solían reunirse y salir en citas se cerraron repetidamente en 2020 y a principios de 2021. La mayor actividad en las aplicaciones de citas podría ir acompañada de mayores riesgos asociados para sus usuarios. Los usuarios pueden enfrentar algunas de las siguientes amenazas:

*Identificación del usuario por terceros. Los extraños pueden obtener acceso a los datos personales de un usuario, incluido su nombre real e información sobre el lugar donde vive, trabaja o esta información se puede utilizar para el acoso y chantaje.

*Robo de credenciales de inicio de sesión.

*Algunas de las estafas más populares incluyen pedir a los usuarios que transfieran dinero con diversos pretextos, pedir que se envíen «desnudos» que luego se utilizan como chantaje en «estafas de sextorsión», así como el envío de enlaces a sitios web de phishing, donde los usuarios son engañados para ingresar los detalles de su tarjeta bancaria.

A estos datos llegaron los investigadores de ciberseguridad de Kaspersky, que realizaron un estudio en detalle de nueve aplicaciones de citas con el fin de evaluar su grado de seguridad. Así identificaron que, en comparación con su anterior estudio en 2017, las aplicaciones de citas se volvieron más seguras desde un punto de vista técnico, en particular en cuanto a la transferencia de datos.

Sin embargo, siguen representando un riesgo importante cuando se trata de exponer demasiada información personal de los usuarios, lo cual los hace vulnerables a amenazas como el ciberacoso y el doxing.

Las citas online tuvieron un importante incremento en el último tiempo y para muchos, en tiempos de pandemia, se volvieron en un aliado para conocer otra gente. Tinder alcanzó el récord de 3.000 millones de swipes en un solo día en marzo de 2020, mientras que OkCupid experimentó un aumento masivo del 700% en las citas de marzo a mayo del mismo año.

Los investigadores analizaron nueve aplicaciones de citas, con usuarios globales: Tinder, Bumble, OkCupid, Mamba, Pure, Feeld, Her, Happn y Badoo. El principal hallazgo es que, en comparación con 2017, aunque las aplicaciones de citas se volvieron más seguras desde el punto de vista técnico, siguen existiendo importantes riesgos para la privacidad. “En 2017, cuatro de las apps estudiadas permitían interceptar los datos enviados desde la app, y muchas utilizaban el protocolo HTTP sin cifrar.

Sin embargo, en 2021, la situación ha mejorado significativamente. Ninguna de las apps estudiadas emplea HTTP, y no se envían datos si el protocolo no es seguro”, se menciona en el informe. De esta manera, las aplicaciones de citas siguen planteando importantes problemas de privacidad.

La mayoría permite a los usuarios registrar su cuenta en una de sus redes sociales (Instagram, Facebook, Spotify, etc.). Si el usuario decide hacerlo, su perfil se rellena automáticamente con información de esa red social, como fotos e información del perfil. Además, aplicaciones como Happn, Her, Bumble y Tinder obligan a los usuarios a compartir su ubicación.

Algunas apps, como Mamba, comparten la distancia de los usuarios con una precisión de un metro. Happn tiene una funcionalidad adicional que permite a los usuarios ver cuántas veces y en qué lugares se han cruzado sus matches con ellos. Las aplicaciones de citas llegaron para quedarse.

Un estudio realizado por Stanford en 2019 encontró que las citas en línea ya eran la forma más popular de reunirse para las parejas estadounidenses. Y la pandemia provocó un verdadero auge de las citas a distancia.

La buena noticia es que a medida que estas aplicaciones continúan ganando popularidad, se realizan esfuerzos para aumentar su seguridad, particularmente en el aspecto técnico. Por ejemplo, si bien cuatro de las aplicaciones estudiadas en 2017 permitieron interceptar los mensajes enviados, las nueve aplicaciones que examinamos en 2021 utilizaron protocolos de transferencia de datos seguros.