Adoptó una nueva estética. También hay sangre nueva. Tal vez haya futuro en el radicalismo. Le costó cambiar. La mala conclusión económica del gobierno de Raúl Alfonsín, el tropezón de Fernando De la Rúa, los dejó extremadamente heridos, mas que otros cuando tropiezan. Le costo mucho la renovación de figuras con peso.

Pero poco a poco se fue reconstruyendo. Maximiliano Abad, presidente del radicalismo bonaerense es un hombre joven, dio ayer un encendido e interesante discurso y se fue envuelto en aplausos.

El desembarco en la política de Facundo Manes, protagonista excluyente en Ferro, también renovó los bríos y abrió esperanzas en los de boina blanca.

Corriéndonos del territorio de la Provincia, Martín Lousteau controla la UCR Capital y construye incansablemente, como hace años no se hacía en el partido centenario, en todo el país. Además la UCR gobierna tres provincias argentinas: Corrientes, Mendoza y Jujuy.

La primera batalla del renovado radicalismo es interna, con sus aliados del PRO. Quien pondrá el candidato presidencial en 2023 es la disputa. Los radicales velan sus armas en público, mandan mensajes, se entrenan, indudablemente van creciendo. Y preocupan, al PRO especialmente.