El nuevo ministro de Justicia Martín Soria carga con un historia familiar espesa, como también con una prosapia política típica de las grandes familias dedicadas a esta actividad en las provincias argentinas.

Carlos "El Gingo" Soria, su padre, fue dos veces intendente de General Roca, el primer jefe de la SIDE en el gobierno de Eduardo Duhalde, diputado nacional y por fin había alcanzado su meta: era gobernador de Río Negro.

Su esposa y madre del ahora ministro, Susana Feydoz, era una mujer consumida por los celos y para cuando el Gringo alcanzó su objetivo máximo, la gobernación, la relación entre ellos estaba destrozada, las discusiones eran constantes, y los testigos dicen, que Susana amanazaba con suicidarse en cada intercambio de insultos.

En la madrugada del 1 de enero de 2011, después de un día de violentas discusiones, Feydoz entró a la habitación que todavía compartían, empezó otra discusión terrible y de pronto se escuchó un estruendo.

María Emilia Soria (hermana del ahora Ministro y Senadora Nacional por Río Negro) fue la primera que entró al cuarto. Según declaró en la causa judicial, su madre balbuceaba confusa y su padre yacía en la cama con un disparo que le había atravesado el pómulo. 

Al instante entró al cuarto Martín y vió la escena: "¿Que le hiciste a papá, hija de puta?!" consta en la causa que le gritó.

Feydoz fue condenada a 18 años de prisión. A los 6 meses de la condena intentó suicidarse pero no lo logró. Fue trasladada a un pabellón para enfermos psiquiátricos en el penal de Ezeiza.

Más allá de sus posiciones políticas y su mirada de la oposición y la Justicia, el nuevo ministro carga una historia personal profundamente dolorosa.