Lo había advertido en enero de 2021 el Centro de Análisis y Prospectiva de la Guardia Civil de España: cada vez habrá más pandemias y alguna podría ser “devastadora”. La peste cambia de nombre, no de fisonomía. Que se llame variante Delta u Ómicron, de modo de no confundir las letras que correspondían, Nu con new (nuevo, en inglés) por su parecido fonético y Xi con el apellido del presidente de China, Xi Jinping, usual en su país, no modifica nada. El alfabeto griego sirve para no estigmatizar al presunto país de origen. En este caso, Sudáfrica. Una forma de evitar afrentas como la de Donald Trump con su latiguillo sobre el “virus de China”.