La Iglesia tomó una medida importante, hizo algo que está bien y que era muy esperado, no solamente por la redacción y sanción de una nueva norma, sino además porque implica un reconocimiento de que la problemática existe y es grave.

Así, el Papa Francisco reformó las sanciones penales del Código del Derecho Canónico. En el nuevo Libro VI de tal cuerpo legal, en un capítulo específico sobe los delitos “contra la vida, la dignidad y la libertad del hombre”, se incluyó la pedofilia.